Alcohol y violencia: un binomio que afecta a miles en México

Un reciente estudio presentado por la Red de Acción sobre Alcohol (RASA) revela que el consumo de alcohol en México no solo es una crisis de salud pública, sino también un factor determinante en los niveles de violencia, especialmente en comunidades vulnerables. El informe destaca que las mujeres que conviven con parejas que se embriagan diariamente tienen 3.5 veces más riesgo de sufrir violencia severa, y este peligro se multiplica si están embarazadas.
El análisis advierte que la presencia de más puntos de venta de alcohol en ciertas zonas está relacionada con un aumento significativo en el consumo excesivo, tanto mensual (1.3 veces más) como semanal (1.9 veces más). Además, se identificó que la violencia derivada del consumo de alcohol está directamente vinculada a un mayor riesgo de depresión, lo que agrava aún más la situación social y de salud en estas regiones.
El informe se basó en entrevistas a expertos de instituciones como el Centro Comunitario de Salud Mental y Adicciones y la Unidad de Prevención de la Violencia de Género, quienes señalaron que el alcohol se ha convertido en un catalizador de violencia familiar, de pareja y comunitaria, mientras que su normalización en la cultura mexicana dificulta su visibilidad y el desarrollo de políticas públicas efectivas.
RASA también advirtió sobre la falta de atención a los agresores dentro del sistema, pese a la existencia de terapias eficaces como la cognitivo-conductual. En respuesta, la organización propuso medidas concretas como restringir horarios y lugares de venta, elevar la edad mínima de consumo a 21 años, prohibir la publicidad de bebidas alcohólicas y fortalecer los programas de prevención en escuelas y comunidades con un presupuesto suficiente.