Encuentra el INAH una canoa correspondiente al periodo Clásico Terminal
Ciudad de México, 5 de noviembre de 2021 (Agencias).- A través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en conjunto con la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, se llevan acabo obras del Tren Maya, en las cuales se han registrado importantes hallazgos, entre ellos, el de una canoa maya prehispánica en buen estado de conservación, localizada durante la prospección del Tramo IV de la obra, que va de Izamal, Yucatán, a Cancún, Quintana Roo.
En esta región, dentro del área de amortiguamiento de la vía, se identificó un sitio denominado como San Andrés. El equipo es dirigido por el arqueólogo Manuel Pérez Rivas y por José Francisco Osorio León, en coordinación con el director del Centro INAH Yucatán, Eduardo López Calzada, y con apoyo de la Secretaría de Desarrollo Sustentable de Yucatán y el Fondo Nacional de Fomento al Turismo.
El lugar alberga tres cuerpos de agua: un cenote, un pozo y una rejoyada, de manera que las y los expertos de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del INAH acudieron para su exploración y registro.
El sitio arqueológico de San Andrés ha quedado bajo la protección del INAH tanto en su parte terrestre como en la subacuática.
“Lo interesante –comenta la responsable de la Oficina Península de Yucatán de la SAS, Helena Barba Meinecke,– fue que mientras hacíamos una pausa para descompresión en el cenote, necesaria cuando se bucea a más de 20 metros de profundidad y se rebasa cierto tiempo definido en las tablas de buceo, noté que cinco metros debajo del nivel actual del agua había una impronta oscura en la pared de piedra, la cual tenía de entre 60 a 90 centímetros, e indicaba el antiguo nivel del agua”.
“La relevancia radica en que es que es la primera canoa de este tipo que se encuentra completa y tan bien conservada en el área maya, habiendo también fragmentos de estas embarcaciones y remos en Quintana Roo, Guatemala y Belice”.
Su antigüedad, señala la arqueóloga, ha sido inicialmente asociada al sitio de San Andrés, periférico a Chichén Itzá, cuya temporalidad está vinculada al periodo Clásico Terminal (830-950 d.C.).
Será hasta noviembre próximo cuando se realice una nueva prospección a la canoa, esto para precisar su antigüedad mediante dendrocronología, análisis que sumarán el apoyo de la Universidad La Sorbona, de París, así como conocer exactamente de qué árbol es la madera.
En los otros dos cuerpos de agua del sitio San Andrés también se localizaron elementos arqueológicos.
En el pozo-cenote, a 50 metros de profundidad, se identificó una osamenta humana y cerámica, así como pintura mural en su área de acceso.
Incluso se han encontrado en las paredes pintura mural –a manera de manos pintadas sobre el techo de roca–, un incensario completo tipo Cumtun Compuesto, correspondiente al periodo Posclásico Tardío (1200-1500 d. C.), una roca-estela, un cuchillo ritual y más de 40 vasijas ‘matadas’ (que fueron rotas adrede al ser colocadas en el lugar) con carbón asociado.
“Es evidente que esta es una zona donde se realizaron ceremonias, no solo por la cerámica fragmentada intencionalmente, sino también por los restos de carbón que indican su exposición al fuego y la manera en que colocaron piedras arriba de ellas para cubrirlas, ya que no son producto de derrumbes”.
Todos los elementos cerámicos y óseos descubiertos hasta el momento han sido registrados y fueron trasladados al campamento arqueológico de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, para su resguardo.