-Político gris, alfil de Peña Nieto y una pobre opción de un PRI yucateco desarticulado y en desbandada
-Añora volver a la Mérida sucia y desorganizada que el PRI mantuvo como su arca principal de votos comprados
-El Gordo Marín defiende a los priistas corruptos como al exgobernador César Duarte, preso en Estados Unidos
Mérida, Yucatán, 31 de enero de 2021.- Con la pretensión de Jorge Carlos Ramírez Marín, mejor conocido como el “Gordo Marín”, de ser el candidato a la alcaldía de Mérida, regresaría el viejo PRI que durante décadas mantuvo a Mérida como una ciudad atrasada y de malos servicios.
Ramírez Marín es un político gris que opera siempre en la opacidad y ha servido a los intereses de un grupo de poder que saqueó a Yucatán y a México, siendo un alfil de Peña Nieto y de sus secuaces implicados en fraudes y negocios sucios.
Un ejemplo claro de esta sumisión es la defensa que hizo del exgobernador de Chihuahua César Duarte Jáquez, preso en Estados Unidos por el desvío de mil millones de pesos, afirmando que todo se trataba de causaciones sin fundamento.
Fue en 2018 cuando, siendo presidente de la Comisión Permanente del Congreso, utilizó su posición para declarar que estaban en duda las acusaciones contra César Duarte Jáquez y dijo que “es preocupante que a ex funcionarios detenidos se les intente extorsionar, chantajear y hasta torturar”.
Ramírez Marín representa a un PRI decadente que abusó de su poder para hacerse rico y jamás ha denunciado saqueos de tierras o mal uso del erario en los gobiernos priistas para no hacerse de enemigos políticos, aunque no es bien visto por sus mismos correligionarios.
Pero ahora que el PRI Yucatán está en desbandada y cuando su presidente estatal Panchito Torres está desesperado, ha tenido que aceptar la imposición de Ramírez Marín de los grupos peñanetistas, a los que él también está sujeto, si quiere sobrevivir en la política.
El “Gordo Marín” es uno de los operadores del PRI que más robo en la historia y que jamás ha denunciado los malos gobiernos de Ivonne Ortega, Rolando Zapata, Angélica Araujo o Peña Nieto, político de muchas caras, todas muy ligadas a la corrupción.